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LA BIOÉTICA

Bioética


"La ciencia ha dado a los hombres el dominio de la energía, la velocidad de los transportes, la instantaneidad de las telecomu­nicaciones, la erradi­cación de numerosas enfermedades y probablemente el dominio de la vida"

Jean Dausset
Premio Nóbel de Medicina


En los últimos años la ciencia médica ha conseguido metas espectaculares permitiendo el surgimiento de nuevas ramas, como la ingeniería genética, la biología mole­cular y la genómica[1]siendo necesarios adecuar los criterios tradicionales a las exigencias propias de las nuevas tecnologías (confidencialidad, no discriminación, etc) para ordenar la conducta y labor de sus profesionales. Esto se ha visto corroborado con el establecimiento de sanciones administrativas a fin de frenar las prácticas ocultas, es decir aquellos descubrimientos que no han traspasado los linderos del laboratorio, manteniéndose tanto en el anonimato como en el desconocimiento los efectos que produce los experimentos biológicos, motivo por el cual, se promueve la publicación obligatoria, bajo moratorias, de todo descubrimiento médico. Para evitar mayores consecuencias existe una posición dentro de la normatividad médica, que sostienen que necesario obligar bajo moratorias la publicación de todo descubrimiento médico.

En mi tesis de maestría[2] refería, en el Capítulo I sobre “La investigación humana y la manipulación genética”, que producto de los descubrimientos en el ámbito médico como el de la anestesia (Morton, 1844), de la penicilina (Fleming, 1928) así como los exitosos trasplantes de órganos (de pulmón por Hardy, de hígado por Starzl, ambos en 1963, y de corazón por Barnard, 1967), hasta las recientes innovaciones en el campo de la genética han significado e implicado un progreso decisivo en el saber humano. Como consecuencia de la especialización de estos tratamientos y habiendo surgido nuevas ramas médicas, la necesidad de fijar pautas morales y deberes básicos en el quehacer médico, ha influido en forma decisiva en la reflexión y sistematización de la bioética, encargada de fijar los patrones esencia­les para la correcta aplicación de la medicina y la biología en los seres vivos.

El sustento central de la bioética es el insoslayable problema de la relación ciencia-conciencia (ciencia razonada), libertad-cautela (hacer con previsión) y desarrollo-protección (avance con resguardo). La bioética se presenta como una respuesta racional, lógica y equitativa frente a la aplicación, poder y eficacia de la medicina y de las demás ciencias de la salud. Es una rama de la ética que se encarga de los problemas gene­rados por la aplicación y ejercicio de la biomedicina.

§ 1. Etimología, denominación y definición

Bioética es una palabra compuesta que integrada por las voces bíos (del griego,‘vida humana’ y ethiké[3]). Denota no solo un campo particular de investigación, la intersección de la ética y las ciencias de la vida, sino también una disciplina académica, una fuerza política en los estudios de medicina, biología y medio ambiente y una perspectiva cultural[4]. Expresa, de alguna manera, el dilema moderno entre la libertad individual y la responsabilidad social[5].

El Diccionario de la Lengua Española define dichos términos de la siguiente manera: "bio. (Del gr.bio-.) elem. compos. Que significa ‘vida’"[6]. "ética. (Del lat. ethicus, y este del griego ήθιχή, t. f. de -χός, ético) f. Parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hom­bre."[7].

El término bioética fue propuesto en 1970 por el científico y oncólogo estadounidense Van Rensselaer Potter[8]. Su nombre hace referencia a un campo especial de la ética en la que se conjuga el aspecto biológico y la relación con los deberes profesionales. Puede decirse que ha nacido una nueva reflexión de la ética cuya vinculación está en directa relación con la vida, salud e integridad somática de todo ser vivo, sensibilizando el desarrollo social. Dada la trascendencia de la misma con la vida, los deberes y valores del hombre y la tensión generada por la intrusión de las nuevas tecnologías, se vuelve preciso la regulación expresa de situaciones que pudieran poner en peligro la dignidad e integridad de la persona, por lo que algunos autores han propuesto el término de bioderecho para referir al área del Derecho que se encarga del desarrollo y estudio de normas particulares de tutela de la vida y los actos médicos, algunos otros autores han denominado a este proceso la juridificación de la bioética[9].

La Encyclopaedia of Bioethics nos dice que la bioética es “el estudio sistemático de la conducta humana en el campo de las ciencias biológicas y atención de la salud, en la medida en que esta conducta se examine a la luz de los valores y principios morales”[10] por su parte Llanos Zuluaga precisa que es “el conjunto de conocimientos científicos que estudian la transformación tecnológica de la medicina y es además la respuesta racional a los problemas morales, políticos y sociales que plantea las formas de atención a la salud humana, con la única finalidad de producir beneficio en las intervenciones biomédicas”[11].

Elio Sgreccia[12] nos dice que la bioética "es la parte de la filosofía moral que considera la licitud o ilicitud de las intervenciones sobre la vida del hombre y, de modo particular, de las intervenciones en relación con la práctica y el desarrollo de las ciencias médicas y biológicas". En España León Correa sostiene que “La bioética supone un intento de conseguir un enfoque secular, interdisciplinario, prospectivo, global y sistemático, de todas las cuestiones éticas que conciernen a la investigación sobre el ser humano y en especial a la biología y la medicina”[13]. Lo importante es que esta disciplina busca unir los valores éticos con los hechos biológicos a decir de Lacadena Calero[14].

En este sentido es una disciplina que se encarga de estudiar las relaciones de la ética con la vida, de los procedimientos y políticas vinculadas con la esencia vital y los márgenes en los cuales deben desarrollarse. Se sustenta en la influencia de la medicina y la biología en la evolución del hombre de manera tal que, podemos decir, busca mantener, explicar y canalizar la adecuada relación entre el hombre, la naturaleza y las técnicas biomédicas. La bioética reflexiona sobre las prácticas de los bioprofesioanles, fomentando el respeto por la vida, la salud, la integridad de las especies y la protección de la humanidad.

§ 2. Características

Como disciplina filosófica, se ubica dentro del campo de la ética normativa práctica que estudia la utilización de una teoría ética y métodos de análisis para examinar un problema moral concreto, prácticas diversas, políticas públicas, etc. Por este motivo, dos cuestiones centrales serán importantes: a) dilucidar cuál de las teorías éticas ofrece mejores elementos para resolver los dilemas y, b) encontrar o desarrollar la metodología para enfrentar los nuevos problemas morales, lo que representa en sí otro problema, dado el carácter interdisciplinario de la disciplina, donde lógicamente confluyen distintas formas de abordajes metodológicos. Las teorías éticas que han ofrecido marco a la reflexión bioética son: utilitarismo, teorías deontológicas (Kant), principialismo, ética de la virtud, casuismo, ética del cuidado. En cuanto a los métodos posibles, un dilema ético podrá ser abordado desde los principios (Beachamp & Childress, 1979); desde el caso particular (Toulmin, Jonsen, 1988) o a través de los comités de ética hospitalaria (procedimental). El método se usará para lograr la justificación moral de la conducta en examen. A su vez, claramente, cada una de estas teorías sustentará una concepción de hombre y defenderá líneas de acción en cuanto a la relación con las tecnologías y el medio ambiente”[15].

Entre sus principales características de la bioética tenemos:

- Es una disciplina teórica aunque eminentemente práctica;
- Se sustenta en los Derechos Humanos y en los derechos de la persona;
- Nace en un ambiente biocientífico para proteger la vida y su ambiente;
- Es un esfuerzo interdisciplinario en el que participan médicos, sociólogos, filósofos, teólogos, sicólogos y abogados, entre otros;
- Comprende los problemas relacionados con los valores que surgen en las profesiones de la salud en general;
- Está orientada a protege al ser humano integralmente (física, mental y socialmente);
- No se limita al campo humano sino que abarca cuestiones relativas a la vida de los animales (maltrato y experi­mentación) y de las plantas (medio ambiente), ofreciéndole una protección como elementos biológicos. Es decir, protege a los seres vivientes en general;
- Busca la armonía con la naturaleza promoviendo el desarrollo sustentable , el cuidado del medio ambiente
- Traza líneas para guiar el correcto actuar científico.
- Aborda cuestiones de orden social (salud pública), no se limita al campo estrictamente individual;
- Busca establecer límites sociales a la ciencia y tecnología;
- Tiende a evitar la audacia científica en contra de la vida;
- Es una disciplina teórica aunque eminentemente práctica;
- Se sustenta en los Derechos Humanos y en los derechos de la persona; y
- Busca conciliar el imperativo de la libertad de la inves­tigación con la primacía de la protección de la persona y la salvaguarda de la humanidad.

Como refería Noëlle Lenoir la "bioética nos invita en este sentido a ser buenos, honrados y generosos, cualesquiera que sean los intereses económicos y de poder de la competición científica y, por ello, sólo puede ser universal, como ética de la responsabilidad y la solidaridad"[16].

§ 3. Antecedentes

La trascendencia de dos siglos de la vida espiritual y el rol naturalista de la civilización occidental es, sin duda, la base fundamental del inicio de la bioética. Es una disciplina nueva. Surge no hace más de treinta años, y se desarrolla a partir del estudio y consecuencias de la triple dimensión que tiene la medicina --científica, profesional y asistencial--, ámbitos que juegan un rol decisivo en el cambio tecnológico y axiológico de nuestra cultura. Sin embargo, Ruiz Reátegui[17] dice que la bioética es un suceso epocal (se respeta el sombreado textual) que acoge y expresa una de las características más peculiares de nuestro tiempo, esto es una de las realidades culturales propias de la postmoderni­dad. Scholle y Fuenzalida-Puelma aluden que "la bioética es muy similar al cuestionamiento moral que surgió después de la Segunda Guerra Mundial ante la perspectiva de armas nucleares capaces de destruir a la humanidad, en cuanto a los límites que la sociedad debía imponer a la ciencia y tecnología"[18]. Asimismo, y tomando el criterio antes señalado, Lava­dos[19] menciona que la bioética, y su marcada eclosión, guarda cierta semejanza con el cuestionamiento moral de los arse­nales atómicos capaces de arrasar el planeta. Esto da a enten­der que la bioética no se limita al campo de las ciencias biológicas sino esencialmente a la protección de la vida producto de cualquier tipo de actividad del hombre.

No obstante, está claramente establecido que la bioética surge de las ciencias biológicas, en sus diversos aspectos y formas en la que se realizan las prácticas de laboratorio y de campo, ya que éstas se encargan de estudiar básicamente la vida. De esta manera se implanta una forma especial de ver y fijar los deberes de los bioprofesionales a través de la Deontología Biológica (piedra angular de la bioética). Esta afirmación debe ser entendida en un sentido amplio, no restringiendo a la bioética como ética de la biología, ni deontología biológica.

Inicialmente la bioética, como disciplina autónoma, se impar­tía como cátedra en las facultades de filosofía y teología, luego pasa a difundirse en la medicina y recientemente en las modernas facultades de Derecho. Su estudio y difusión se ha intensificado a través del desa­rrollo del análisis del Proyecto Genoma Humano y de la tecno­logía del ADN recombinante. Con estas técnicas el hombre tiene un poder casi absoluto sobre la naturaleza ya que, actualmen­te, no es el azar de la leyes de la herencia sino el hombre el que puede determinar la evolución de todos los seres vivien­tes, y por tanto de la humanidad. Este gran desarrollo de la bioética se ve robustecido con actividades académicas, pedagógicas y un sinnúmero de publica­ciones.

§ 4. Vinculación con otras ramas

La bioética tiene como característica especial que su campo de estudio resulta de la confluencia de distintas ciencias o disciplinas. Los avan­ces biológicos se ven determinados, de manera general, por cuestiones científicas, filosóficas, sociales, éticas, econó­micas, religiosas y jurídicas suscitando un sinnúmero de interrogantes en la medida que las intervenciones atañen a los seres vivos, esencialmente al hombre. La relación más cercana, en lo referente a su aplicación técnica la tiene con las siguientes disciplinas biológicas: medicina , genética, biotecnología, ingeniería genética y biología molecular pero no descuida su relación con el Derecho, antropología, sociología, sicología, filosofía médica, etc. Con estas disciplinas biocientíficas, cuyos progresos son diarios y por demás vertiginosos, el hombre por vez primera tiene el poder de transformar a los seres vivos de manera programada y con fines predeterminados.

§ 5. Principios

Los princi­pios que inspiran la protección de la vida y el fomento de los métodos de salud se sustenta en los siguientes postulados:

A. Principio de respeto por las personas

El hombre por su esencia y estado natural no puede ser objeto para la ciencia. La libertad de las investigaciones no deben atentar contra la individualidad del mismo, esto en base a la defensa de los derechos fundamentales de la persona como son el derecho de todo ser humano a la vida, a la integridad física y así como los derechos de la familia y del hijo[20].

Dentro de este principio se incluyen los casos de información y el consentimiento que debe permitirse al paciente. De allí que sea conocido en la doctrina también como el principio de autonomía, que consiste en tratar a las personas respetando su libertad y autodeterminación.

B. Principio de beneficencia

Todo procedimiento o medida médica aplicada al ser humano debe basarse en la utilidad, beneficio y solidaridad de sus resul­tados. Es decir, los fines que se busca con las intervenciones médicas son positivas y de orden terapéutico. Todo acto que tienda a perjudicar la vida debe ser evitado.

C. Principio de justicia

No debe establecerse discriminación alguna en la aplicación y ejecución de los tratamientos médicos. Todos los seres humanos tienen igual derecho a ser asistidos clínicamente y de acuerdo a las necesidades y urgencias que requiera su salud. La igualdad en el tratamiento científico es fundamental.

D. Principio de solidaridad

La entrega, ayuda y trato similar es la base de este principio. La bioética sienta su base en este principio partiendo del hecho que toda persona tiene derecho a un servicio de salud pero a la vez esta merece tenerse un respeto y un cuidado personal.



§ 6. Ámbito de aplicación

La distinción entre macro, meso y micro bioética[21] ha caído en desuso. Actualmente las áreas de clasificación temáticas reconocidas por la doctrina son la bioética general, clínica, social, cultural y política. Veamos:

- La Bioética General, también llamada Bioética Teórica, estudia los problemas relativos a los fundamentos de la disciplina; cuales son las raíces morales y las garantías éticas que pueden fundar los juicios morales hechos en nombre de la bioética
- La Bioética Clínica se desarrolla en el campo de las decisiones éticas tomadas diariamente en el cuidado de los pacientes; se enfoca en los casos individuales, buscando determinar qué se debe hacer aquí y ahora en el cuidado de un paciente.
- La Bioética Social que engloba a la política y cultural, la cual entenderá especialmente en aquellas cuestiones relativas a la investigación en seres humanos, cuestiones ambientales, de biodiversidad y desarrollo sustentable, problemática aborigen, etc.
- La Bioética Cultural refiere al esfuerzo sistemático para relatar la bioética en el contexto histórico, cultural, ideológico y social en que se expresa[22].
- La Bioética Política tratará la elección, estudio y regulación de tópicos diversos que constituirán políticas de acción en problemáticas bioéticas, se ocupará de lo relativo al derecho a la salud, la relación entre economía y salud, y principalmente la asignación de recursos.

Por su parte Mancina[23] manifiesta que son tres los grupos de problemas que discute la bioética:

- Temas relativos a la ética biomédica: Analiza la relación médico-paciente, el diagnóstico prenatal, el trato hacia los minusválidos, el aborto y la eutanasia.
- Temas relativos al trato con otros seres vivos y el ambiente: Se toman en consideración los derechos de los animales, de los vegetales y del medio para determinar la posibilidad de una relación armónica entre el ser humano y la naturaleza.
- Temas relativos a la ingeniería genética: Estudia los problemas que derivan de la posibilidad de in­tervenir genéticamente sobre la vida.

En otro ámbito, también se habla de ética en política de la salud y de la asignación de recursos que son problemas típicos en ésta área. Incluyen a aquellas personas que tienen derecho a un seguro médico y también a la sociedad que tiene derecho a exigir un comportamiento saludable de sus integrantes. El problema ético de la política de salud es el balance de un eficiente uso de los recursos en busca de una distribución más equitativa para la salud.

§ 7. Declaración de principios bioéticos

La gran parte de Declaraciones Internacionales y Documentos de Bioética se sustentan esen­cialmente en los siguientes postulados:

- El embrión es un ser humano y posee todos los derechos necesarios para su protección;
- La ciencia y la técnica no se fundamentarán en procedi­mientos atentatorios contra la dignidad del ser humano;
- El matrimonio y la familia son la esencia de la trasmi­sión y desarrollo de la vida;
- Se prohíbe la manipulación genética.

Las Declaraciones en general establecen como principio básico el desechar el imperativo tecnológico sustentado en que “se debe hacer siempre todo aquello que es técnicamente posible, de lo contrario se bloquea a la ciencia”[24]. Esto en virtud que, la técnica sin la ética atropella al hombre, y el hombre no es sólo una suma de componentes químicos (cuarenta kilos de agua, diecisiete de grasa, cuatro de fosfato de cal, uno de albúmina, cinco de gelatina, carbonato de calcio, almidón, azúcar, cloruro de calcio y sodio) sino es también, espíritu, razón y libertad.

La vida no es un asunto de “calidad total” como un proceso productivo o de servicios, no es asunto de “cero defectos”. La persona humana es inviolable, y desde la concepción su vida debe ser defendida de todo atentado, degradación o menoscabo.


Ya el Estatuto y Protocolo del Centro Internacional de Inge­niería Genética y Biotecnología[25] menciona en su preámbulo la necesidad de desarrollar y aplicar la utilización pacífica de la ingeniería genética y la biotecnología en beneficio de la humanidad.

Martínez Doral[26] plantea dos proposiciones complementarias que han sido también reconocidas:

- Por muy deseables o convenientes que aparezcan determina­das conductas, si hay imperativos éticos que la prohíben, no deben ser realizadas.
- Por muy penosos o exigentes que aparezcan determinados comportamientos es preciso realizarlos cuando así lo prescribe un deber ético.

A fin de esto, vemos como hay posturas, como las sostenidas desde una posición utilitarista en el debate de la investigación en células madres de origen embrionario, que proclaman la aprobación de la clonación terapéutica en vista de las consecuencias beneficiosas que traería el desarrollo de esta tecnología; mientras que por otro lado hay quienes sostienen que es moralmente inaceptable, al involucrar la manipulación genético y el descarte embrionario. Pero la concreción de la ética personalista se centra, indiscutiblemente, en una limitación aunque se pueden hacer materialmente, y hay cosas que no se pueden dejar de hacer honradamente, aunque sí se pueden dejar de realizar fácticamente.

§ 8. Religión y Bioética

La Compton's Interactive Encyclopdia[27] indica que cada grupo religioso establece sus propios principios acerca de la ética y la biología. Así, tenemos que especialmente los judíos y los católicos romanos han desarrollado sus propias posiciones, claras y precisas, mientras que los protestantes, los ortodo­xos orientales, los hindúes y budistas no tienen criterios muy desarrollados. Por su parte el Judaísmo Talmúdico tiene una posición clara con respecto a la eliminación de la vida (aborto y eutanasia).

La Teología moral católica romana establece cinco principios básicos referidos al tema de la bioética:

- Principio de la administración: La vida viene de Dios siendo nosotros, única y exclusivamente, administradores y responsables por el cuidado del cuerpo.

- Principio de la Inviolabilidad de la vida humana: No puede eliminarse ni variarse la esencia de la vida humana.

- Principio de totalidad: Cada parte del cuerpo existe como un todo, como un universo. Como un conjunto orgánico imprescindible que no puede ser separado ni alterado.

- Principio del doble efecto: En casos extremos puede permitirse la realización de actos negativos en orden de alcanzar luego uno positivo. En estos casos la acción mala sólo servirá como medio para alcanzar la buena. Debe producirse, con este criterio, cuando menos tanto bien como el mal causado (aborto terapéutico).

- Principio de sexualidad: El sexo existe por dos razo­nes: para la procreación y para la expresión máxima del amor en el vínculo matrimonial.

Por regla debemos tener bien en claro que siendo la bioética una disciplina es por definición pluralista y laica sin perjuicio de las posiciones de máxima defensa a la vida y conservación de la unidad humana. No puede confundirse los postulados de Iglesia, que son de los más válidos, con los presupuestos creados para canalizar las aplicaciones médicas y el bienestar de la sociedad.
§ 9. Casos médicos de interés para la bioética

La práctica médica, tanto diagnóstica como terapéutica consiste en una continua toma de decisiones en condiciones de incertidumbre. La bioética desafió la creencia que aquellos bien entrenados en medicina y ciencia estaban igualmente capacitados para tomar decisiones morales[28]. Educar al médico en los métodos de toma de decisiones es una de las máximas responsabilidades de las instituciones médica docentes. El proceso de toma de decisiones morales en el área sanitaria es enormemente complejo y necesita un tratamiento específico. Dentro de las distintas áreas de estudio, la bioética clínica se desarrolla en el campo de las decisiones éticas tomadas diariamente en el cuidado de los pacientes ; se enfoca en los casos individuales , buscando determinar que se debe hacer aquí y ahora en el cuidado de un paciente. Es allí donde se toma contacto directo con los problemas del principio al fin de la vida, cuestiones relativas a la procreación, la manipulación genética, transplantes, eutanasia, etc. El acto médico y las cuestiones relativas a los procedimientos de toma de decisiones serán debates centrales en esta área de estudio. Tarea que podrá ser igualmente encarada desde la actuación de los Comités Hospitalarios de Ética, grupos interdisciplinarios que insertos en una institución, desarrollan tres funciones básicas: docente; consultiva y normativa en torno a dilemas éticos surgidos de la práctica hospitalaria. Pero el caso médico tiene además de su importancia individual una innegable trascendencia social que es un tema que debe trabajarse y ordenarse[29].

Los casos más típicos de la incidencia moral en el ejercicio de la medicina y la correspondiente repercusión bioética son: El aborto, la eutanasia, la distanasia, las técnicas de reani­mación o resucitación, las técni­cas de reproducción humana asistida, las investigaciones genéticas, la manipulación genética, la selección de sexo en el futuro embrión, la eugenesia, la esterilización compulsiva, la investiga­ción de fármacos en seres humanos fuera de los protocolos de investigación, el rechazo en hospitales de enfermos terminales, con sida o que no cancelan su garantía, la deshumanización e institucionalización de la atención médica, los transplantes en general, la implanta­ción de piezas mecánicas, electrónicas o computarizadas en el cuerpo humano (al margen de los grandes beneficios que se han logrado con los elementos ciborgs o bionics), la creación de nuevas especies, la utilización de órganos, tejidos, sustancias y productos de embriones abortados, etc. Asimismo, la ingeniería genética en microorganismos, bacterias, plantas y animales, el transporte de células modificadas, la tecnología genética aplicada al hombre, la terapia humana por recombinación de ADN, la transferencia de genes, la creación artificial de genes, la manipulación del patrimonio genético humano con fines eugenésicos (la creación de superhombres o microhombres)[30].

Estos casos representan un atentado directo contra la digni­dad, identidad e integridad del ser humano, por lo que deben ser regulados de inmediato. Estas intervenciones, experimenta­ciones o manipulaciones "pueden desencadenar una perturbación irreversible en el orden del cosmos"[31] de allí que es impor­tante fijar las sanciones administrativas, civiles o penales, de ser el caso, a fin de erradicar la deshumanización e impo­ner la institucionalización de la correcta práctica médica.

§ 10. El juramento hipocrático y la bioética

Como indica Alejandro Goic[32] el juramento hipocrático (isla griega de Cos, 460 AC) establece los fundamentos seculares filosóficos de la ética y de la conducta médica. Es la carta magna de los profesionales de la salud. Como texto guía permi­te destacar los valores esenciales del respeto de la vida y la dignidad del ser humano. No es un código prohibitivo, sino la expresión de un ideal de conducta, una aspiración del comportamiento del médico establecido en dos postulados: non nocere (no causar daño) y bonum facere (hacer el bien al paciente). Sin embargo es de tomar en cuenta que "La ética médica que podría pensarse como único ejemplo contrario, no tuvo ni en el Juramento hipocrático ni en los posteriores códigos de ética médica un nivel de reflexión propiamente filosófico. Este será ... el cambio fundamental que introduzca la bioética. Las ideas ontológicas, gnoseológicas y axiológicas siempre han estado detrás de la noción de cuerpo humano, verdad diagnóstica o buen tratamiento, pero nunca como conocimiento médico sistematizado"[33].

En esta época llena de adelantos y avances vertiginosos el juramento hipocrático sigue incólume[34] en casi todos sus postulados:

- "Haré uso del régimen dietético para ayuda del en­fermo... ; del daño y la injusticia lo preservaré".

El principio aquí esbozado es el preservar al paciente de la injusticia médica. Esto tiene como base tres elementos éticos fundamentales en la persona:

* Ayudar, socorrer, auxiliar, mejorar y aliviar.
* No hacer daño.
* Proteger al paciente de los malos tratos médicos.

- "No daré a nadie, aunque me lo pida, ningún fármaco letal, ni haré semejante sugerencia. Igualmente, tampoco proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo".

Este principio es ante todo propiciador al respeto de la vida humana.

- "A cualquier casa que entrare acudiré para asisten­cia del enfermo fuera de todo agravio intencionado o corrupción..."

El principio detallado es el respeto de la dignidad humana en todas sus formas, partiendo de lo general que es la protección de la vida humana.

§ 11. El Comité de Bioética de la UNESCO

A. El Comité Internacional de Bioética

También conocido por su abreviatura CIB fue creado en septiembre de 1993 por Resolución 5.15 aprobada por la Conferencia General en su 27ª reunión de la UNESCO. Agrupa a cincuenta personalidades de distintos países y variadas profesiones. Esta característica transdisciplinaria le permite corresponder a la gran variedad de interrogantes que plantea las investigaciones biomédicas. Su función esencial es difundir los alcances de la bioética y la correcta aplicación de la tecnología biológica por el hombre. Entre las importantes tareas que realiza tenemos las convocatorias mundiales en las que sea analizan las implican­cias sociales, políticas, culturales, éticas y jurídicas de las investigaciones biotecnológicas.

En la segunda reunión (1994) se trataron cinco temas: La detección y las pruebas genéticas, la terapia génica, la investigación fundamental, la genética de poblaciones y la enseñanza de la bioética.

En la tercera reunión (1995) los puntos fueron: El consejo genético, las neurociencias, la genética de las poblaciones y la enseñanza de la bioética en las Américas.

Asimismo, el CIB elaboró un importante anteproyecto de declaración sobre la protección del genoma humano[35], que fue el documento liminar de la Declaración Universal del Genoma Humano y los Derechos Humanos.

Según el Estatuto del Comité Internacional de Bioética estas son sus funciones:

a) Reflexionar sobre las cuestiones éticas y jurídicas que plantea la investigación sobre las ciencias de la vida y sus aplicaciones, y fomentar el intercambio de ideas e información, en particular mediante la educación;

b) Propiciar las actividades encaminadas a suscitar una mayor conciencia del público en general, de los grupos especializados y de los encargados de adoptar decisiones en materias relacionadas con la bioética, tanto en la esfera pública como en la privada;

c) Cooperar con las organizaciones internacionales gubernamentales y no gubernamentales interesadas en las cuestiones que se plantean en el ámbito de la bioética, así como con los comités nacionales y regionales de bioética y organismos similares,

d) De conformidad con el Artículo 24 de la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos, denominada en adelante “la Declaración”:

i) Contribuir a difundir los principios enunciados en la Declaración y a profundizar el examen de las cuestiones planteadas por su aplicación y por la evolución de las tecnologías en cuestión;

ii) Organizar consultas apropiadas con las partes interesadas, como por ejemplo los grupos vulnerables;

iii) Presentar, de conformidad con los procedimientos reglamentarios de la UNESCO, recomendaciones a conferencia General y prestar asesoramiento en lo referente al seguimiento de la Declaración, e identificar las prácticas que pueden ir en contra de la dignidad humana.

B. El Comité Intergubernamental de Bioética

Según el Estatuto del Comité Internacional de Bioética el Comité Intergubernamental examinará los dictámenes y las recomendaciones del CIB, inclusive las referentes al seguimiento de la Declaración Universal. El Comité Intergubernamental comunicará al CIB sus observaciones. Presentará sus observaciones al Director General para que las transmita, junto con los dictámenes y las recomendaciones del CIB, a los Estados Miembros, al Consejo Ejecutivo y a la Conferencia General. Podrá comunicar todo tipo de propuestas para el seguimiento de los dictámenes y las recomendaciones del CIB.

La reunión conjunta fomentará el diálogo entre el CIB y el Comité Intergubernamental en temas de interés mutuo. Sin imponer límites al carácter general de estas cuestiones, podrán considerarse propuestas como:

- La presentación de enmiendas a la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y los Derechos Humanos; o

- La aprobación de otra declaración u otro instrumento internacional en las esferas de competencia del CIB.


Conclusión

La bioética, que vela por la vida, identidad, integridad y salud de los seres vivientes, trata de frenar a través de normas y principios el vertiginoso desarrollo de la sociedad tecnológica. Vela, en otro tanto, porque los progresos cien­tíficos y tecnológicos no se vuelvan en contra de la humani­dad, asegurando que no se utilicen como arma de destrucción, sino como fuente de bienestar y progreso. En definitiva, busca dar el matiz humano a lo técnico-científico. Es prioritario comenzar a difundir los principios conservado­res de la bioética como son el respeto a las personas, la beneficencia y la justicia con el objeto de defender a la especie humana, sin perjuicio que ello implique un freno o límite al progreso de las ciencias biológicas. Por el contra­rio, es necesario lograr un justo y coherente desarrollo en beneficio de la humanidad. Esta, sin ciencia, sin avances o descubrimientos científicos, se vería limitada en la satisfac­ción cada vez mayor de sus necesidades vitales. Ciencia con conciencia es el ideal que, como defensores de la vida y de la especialidad de la misma debemos buscar. En este aspecto las profundas transformaciones de la sociedad tecnocientífica tiene que estar acompañadas de un movimiento ético claro y exacto que proteja lo esencial, la vida.
[1] Es el estudio de la estructura y función de los genes. Es diferente a la genética, pues ésta trata del estudio de la transmisibilidad de las características físicas. La suma de ambas ciencias permitirá establecer sí existe relación entre la alteración de ciertos genes y la predisposición a una enfermedad. Es, para muchos, una nueva forma de medicina.

[2] VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique: Clonación: La manipula­ción genética frente al Derecho, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Escuela de Post Grado, Unidad de Post Grado en Derecho, 1996, p.15-19. Cfr. Derecho y manipulación genética (calificación jurídica de la clonación), 2ª. edición, Lima, Universidad de Lima, Fondo de desarrollo editorial, p.53.
[3] MAINETTI, José A. Antropo-Bioética, La Plata, Quirón editora,1995. p.13

[4] CALLAHAN, Daniel: ‘Bioethics’, En Warren Reich (ed.), Encyclopaedia of Bioethics, New York, Simon&Shuster Macmillan, 1995, Vol.1 pp. 247-258.

[5] LAMAS, Marta: "La bioética. Proceso social y cambio de valores", en: Sociológica, Azcapotzalco, Univer­sidad Autónoma Metropolitana, año 8, No.22, p.191.
[6] REAL ACADEMIA ESPAÑOLA: Diccionario de la Lengua Española, 21ª. edición, Madrid, 1992, p.293.
[7] Ibidem, p.924.
[8] POTTER, Van Rensselaer: Biothics. Bridgee to the Future, En­glewood Cliffs, Nueva Jersey, Prentice-Hall, 1971, (Swanson, C, C.P., ed. Biological Science Series).
[9] ATIENZA, Manuel: "Juridificar la Bioética", en: RODOLFO VAZQUEZ (Compilador), Bioética y derecho. Fundamentos y problemas actuales, Fondo de Cultura Económica, 1ª. edición, México D. F, 1999, p.64.

[10] Warren Reich (ed.): Encyclopaedia of Bioethics, New York, Simon&Shuster Macmillan, 1995, Vol 1.

[11] LLANOS ZULUAGA, Roberto: "Honorio Delgado y la Bioé­tica en el Perú", en: Extensiones, Universidad In­tercontinental, Tlalpan, D.F. México, Vol.1, No.1, mayo 1994, p.36.
[12] SGRECCIA, Elio: Bioética. Manuale per medicine e biologi, Milán, 1986, p.43.
[13] LEON CORREA, Francisco Javier: “Dignidad humana, libertad y bioética”, en: Cuadernos de Bioética, N° 12, 4ª edición, Galicia, España, Grupo de Investigación en Bioética de Galicia, 1992, p.5.

[14] LACADENA CALERO, Juan Ramón: Ingeniería genética y reproducción asistida, Madrid, Editorial Marino Barbero Santos, 1989, p.19.
[15] SIVERINO BAVIO, Paula: "Introducción a la Bioética; bases para una mirada latinoamericana", Universidad de Buenos Aires , investigación en curso.

[16] Entrevista realizada por Bahgat Elnadi y Afdel Ri­faat, en: El correo de la UNESCO, setiembre de 1994, p.5.
[17] RUIZ REATEGUI, A.: "La ciencia y la fundamentación de la ética. I: la dignidad de la persona", en: Deontología Biológica, Navarra, Universidad de Nava­rra, 1987, p.8.
[18] SCHOLLE CONNOR, Susan y FUENZALIDA-PUELMA, Hernán L.: "Bioética. Presentación del número especial", en: Ibidem.
[19] LAVADOS, Jaime: "Bioética y Derecho en la cultura contemporánea", en: Estudios sociales, No.85, Tri­mestre 3, 1995, p.156.
[20] Instrucción sobre el respeto de la vida humana na­ciente y la dignidad de la procreación. Respuestas a unas cuestiones de actualidad, Ciudad del Vaticano, 1986.
[21] Roberto LLanos Zuluaga (Op Cit. Extensiones) sostiene que la bioética se desen­vuel­ve en tres niveles (Macroética: Incluye lo ambiental, ecológico, biomé­dico y planetario, Mesobioética: Regula la intervención biotécnica sobre la vida humana (concepción, nacimiento, desa­rrollo y muerte --aborto y eutanasia--), Microbioética: Es la ética médica propiamente dicha y comprende la relación terapéutica y la atención de la salud).

[22] Callahan, Daniel: Encyclopedia of Bioethics, Vol I “Bioethics” pp 2251. Edited by Warren TReich, New York, Free Press, 1978.

[23] "Bioética, il campo di un conflitto", en: Reti, No.1, set-oct., Roma, 15. Cit. LAMAS, Marta: "La bioética. Proceso social y cambio de valores", en: Op.cit., p.189.
[24] "No todo lo que se puede fácticamente hacer, es justo. Hay límites humanos, límites éticos, límites impuestos por las leyes objetivas de la Naturaleza". "La distinción, pues entre lo que se puede y lo que se debe hacer, entre los comportamientos posibles y los comportamientos justos, parece clara y difícil­mente discutible". MARTINEZ DORAL, J.M.: En la In­troducción de LOPEZ MORATALLA, Natalia y otros: Deontología biológica, Navarra, Universidad de Navarra, 1987, p.4.

[25] Suscrito en Madrid el 13 de setiembre de 1993 y en Viena el 4 de abril de 1994. Publicado en Diario Oficial El Peruano, Lima, 8 de abril de 1995.
[26] Op.cit., p.3.
[27] Compton's NewMedia Inc., Copyright, 1993, 1994. (Traducción libre encargada a Mariana de las Casas de las Casas, 1996).
[28] CALLAHAN, Daniel: Op. Ci.t

[29] SIVERINO BAVIO, Paula: Op.Cit.

[30] Ibidem.
[31] LOPEZ MORATALLA, N y SANTIAGO, E: "Manipulación genética por transferencia de genes", en: Deontolo­gía Biológica, Op.cit., p.311.
[32] GOIC, Alejandro: "El juramento hipocrático venera­ción ciega", en: Documenta, Op.cit., pp.8-13.
[33] TEALDI, Juan Carlos: La enseñanza de la bioética como nuevo paradigma en salud "Introducción al modelo constructivista del conocimiento médico", Quirón, 21:3, 1990, pp.25-29.

[34] Los mismos valores en él planteados los encontramos en los siguientes documentos que son la base actual de la bioética: El Código de Nüremberg (1947), la Declaración de Helsinki (1964), la Declaración en Ginebra (1968), la Declaración de los Médicos de Francia (1973), la Declaración de Tokio (1975), la Declaración de los Médicos de Europa (1976), la Declaración de los Médicos en Lisboa (1981) y el Código Internacional de Etica Médica (1983), la Carta de los derechos de la familia (1983), el Comi­té Consultivo Nacional de Etica para las ciencias de la vida y la salud (1984), entre otros.
[35] UNESCO: Informe del Director General sobre la prepa­ración eventual de un instrumento internacional para la protección del genoma humano, París, septiembre de 1995, 28 C.
Fuente: http://www.enriquevarsi.com